La Curva de Laffer

La Curva de Laffer

Existe la creencia errónea de que si se suben los impuestos, el Estado recauda más dinero y por tanto puede invertir en mejoras sociales para los ciudadanos. Pero esto no es así, o al menos no es tan sencillo.

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Arthur Laffer, miembro del Consejo Asesor de Política Económica del presidente Ronald Reagan, desarrolló en 1980 su famosa curva, que representa la relación entre el nivel de los impuestos y los ingresos del Estado (se comenta que su teoría tiene como origen las tesis de Ibn-Khaldun, un filósofo árabe del siglo XIV). Su teoría se basa en el análisis y estudio de experiencias pasadas en los países.

El origen no deja de ser cuanto menos curioso. Dibujó su curva durante una cena en el restaurante Two Continents, de Washington, en los años setenta. Laffer fue invitado por el jefe de Gabinete del presidente Gerald Ford. Laffer intentó explicar al asesor de la Casa Blanca las ventajas de una rebaja fiscal y para ello cogió una servilleta y dibujó su famosa gráfica. Hoy en día, dicha servilleta se encuentra en una vitrina en el Bookings Institution, un famoso think tank de Washington.

Según su teoría, si los tipos impositivos son cero, los ingresos fiscales también lo serán, al igual que si los tipos alcanzan el 100%. Por tanto, a medida que los tipos se vayan separando de su punto máximo (que es el 100%), los ingresos irán aumentando hasta un punto en el que, con tipos menores, se producirá lo opuesto, que los ingresos fiscales se irán reduciendo hasta llegar a cero.

La idea es sencilla. Con el aumento de los tipos impositivos se llegará a un punto en el que los ingresos vía fiscal disminuirán, un punto a partir del cual los ingresos son máximos, pero alejados de una mayor carga fiscal. La cuestión, como es lógico, es determinar ese punto ideal.

Vamos a analizar un poquito más este interesante planteamiento de Laffer, porque créanme que se pueden extraer una serie de conclusiones que conviene tener en cuenta al respecto:

– Una subida excesiva del tipo impositivo sobre las rentas del trabajo desincentivará a las personas de cara a trabajar más y conseguir mejores sueldos.

– Una subida de las rentas del capital incentivará a que las personas con elevados patrimonios se trasladen a otro país donde estas rentas tengan una tributación menor.

– Una subida del IVA reduce el consumo.

– Una subida de impuestos incentivará la economía sumergida y el fraude.

También se le puede dar la vuelta: menos impuestos eleva el consumo, reduce la economía sumergida (aunque siempre existirá), incrementa la recaudación, incentiva la actividad.

De todas formas, también hay que decir que incluso con un menor tipo impositivo no se asegura al 100% un incremento de la recaudación, ya que no ha de llevar aparejado necesariamente un aumento de la actividad.

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